Saturday, May 27, 2006


¡BIENVENIDO A CASA!
La alegría de la adopción
Tener un hijo es una gran responsabilidad, pero adoptar uno, es una responsabilidad doblemente enorme.
El proceso en Colombia se maneja con enorme seriedad. Desde que acudimos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) entendimos que esto no es fácil y que si bien un embarazo biológico supone muchas consecuencias físicas y psicológicas; el del corazón, mucho más.
Empezamos formalmente en febrero. Fuimos al Instituto, tuvimos que esperar, junto con otras parejas, a que nos dieran un turno para tener una entrevista seria, exhaustiva, profesional. Nos consultaron por nuestras consideraciones de todo tipo: éticas, económicas, académicas, laborales, de salud. Y quedamos preseleccionados. Ese día sentimos que la decisión que habíamos tomado era en serio y que de verdad, podríamos tener la posibilidad de ser padres.
Tuvimos que esperar tres meses. Eso nos dio mucha alegría porque supimos varias cosas: que hay otras parejas que guardan ilusiones como la nuestra, que habrá muchos niños que podrán tener un hogar y que debíamos ser constantes, porque así como puede ser un proceso corto, también puede ser muy largo.
Ese mismo día nos dieron mucha información: había que pasar por una serie de talleres en los que podríamos darnos cuenta de las realidades de la adopción y de las implicaciones que tendría no sólo en nuestras vidas, sino en las del niño. Además todo eso que somos debíamos demostrarlo, a través de evidencias documentales y directas. Eso significaba: acopiar documentos y preparar a muchos de ustedes para compartir con nosotros, esta alegría. Habrá en su momento, encuentros de socialización, conocimiento del núcleo familiar y mucho diálogo. Ya les contaremos en su momento.
Lo más importante
Estas cosas, al final, son secundarias. En realidad, nos preparamos para recibir a un niño muy especial. No sabemos qué edad tiene, ni como es. Sólo lo dirán días antes de la entrega. Nos han preguntado qué queremos. La respuesta: lo que Dios quiera; pero como nos dieron la opción pensamos que sería lindo un niño, bebé (entre cero y dos años). Lo importante es que pueda estar bien. Y decimos "pueda" porque no sabemos cuál podría ser su pasado. Es bueno que ustedes sepan que los niños que llegan al Icbf son abandonados, claro. Pero en muchos casos han sido maltratados, no queridos y sometidos a mucho sufrimiento. Así que si hay que estar listos para darle amor, en este caso, mucho más, porque quizá él no sepa lo que es ser querido. Pero eso sí, nosotros tenemos el corazón engrandecido para dárselo todo y sabemos que ustedes también.
Desde pequeño sabrá que es adoptado, que papá y mamá andaban buscando un niño bueno, el mejor de todos y él es el que Dios nos regaló. En el Icbf nos dicen mucho que realmente, la entidad no está buscando la felicidad de los padres (claro, lógicamente con esto se logrará), sino ante todo la del niño. Por eso intenta conseguir los mejores papás para él.
Ese día nosotros estaremos radiantes, pero hay que pensar que a lo mejor, él estará asustado, nervioso y aunque sea un bebé, entenderá que ha cambiado de hábitat. Antes quizá habrá estado con su madre sustituta, a quien no conoceremos. Ella habrá velado por un techo y su alimento, pero quizá no por el cariño de familia que todo niño merece. Es de entender que estas mamás son "de paso" y que sólo cuidan de los niños en tanto llegan a un hogar definitivo.
Por sus condiciones, quizá esté un poco débil, a lo mejor desnutrido, quizá lento en su desarrollo, a lo mejor triste. Por eso, papá y mamá deben estar muy bien, con buena salud y hasta con buen estado físico. Cuando el niño llegue a casa, tendremos que estar preparados para correr algo así como los 100 metros planos. Y estamos en eso!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Un embarazo especial
A diferencia del biológico, en el embarazo del corazón, es la pareja la que vive de un modo más profundo la experiencia y no sólo la madre, como suele ocurrir. Los mareos son frecuentes en los dos, cuando se entremezclan tantas cosas en las que hay que pensar para la llegada del pequeño. Los antojos de los dos, son a diario; ambos querríamos salir a comprar cuanto hay en las tiendas: libros, ropa, inmobiliario y juguetes. Los cambios son de los dos, pues eso que cada quien hacía sin ningún problema, hay que empezar a ajustarlo a lo que probablemente sea la realidad con un niño en casa.
Es hermoso disfrutarlo juntos y ahora, compartirlo con todos quienes acceden a este blog, gracias a esta nueva cibersociedad.


Un capítulo más de nuestra historia
Nos decidimos entrar en la era del Blog porque, en realidad, el evento amerita esto y mucho más. Estamos esperando un hijo y queremos dedicar este espacio, a compartir con los amigos la felicidad de la dulce espera.
Estamos embarazados del corazón. Desde hace un mes empezamos a vivir esta experiencia. Nuestra mente ha cambiado los racionamientos de la historia, el periodismo, la política y la economía, por unos desconocidos pero profundamente gratos: los niños, su desarrollo, el crecimiento, la nutrición, los juegos, el vestuario en pequeño, las tiras cómicas, los dibujos animados, los colores y las aventuras. Nuestro lenguaje y nuestro ritmo de vida han empezado a cambiar sus tonalidades y eso que hasta ahora comenzamos.
Pero, esperar un nuevo miembro en la familia supone estar listos, no sólo nosotros, sino también, todos quienes durante años nos han rodeado con un cariño inmenso que esperamos se expanda a nuestro hijo.
Hemos iniciado un proceso de adopción. Desde antes de casarnos, siempre pensamos que, particularmente en este país, hay unos niños y niñas que no pueden disfrutar de una familia, de un presente digno y mucho menos de un futuro. Y supimos que nuestro corazón podía darse a una personita que necesitara de unos padres que estén dispuestos a amarle con todo lo que ello supone. Además sabemos que el matrimonio es el punto de partida de la conformación de una familia y si Dios nos dio esta oportunidad, tenemos que poner todos los medios para hacerla grandiosa. Así, tomamos la decisión. No queremos esperar más porque esperamos disfrutar el ser padres con juventud y aliento. Así que si Dios quiere, tenemos la ilusión de tener para fin de año, un nuevo miembro en nuestra familia.